martes, 11 de enero de 2011

Mi soledad y yo

Miraba por la ventana mientras el tren se alejaba de la estación con lentitud, la lluvia caía con fuerza sobre el cristal; las pequeñas gotas golpeaban intermitentemente el vidrio y formaban una serie de imágenes amorfas de agua que, en algunas ocasiones, deformaban la visión del panorama que se veía ante mí, aquel paisaje nocturno con una gran luna llena opacada por las nubes de tormenta que cubrían el cielo y las montañas que se mostraban alrededor me recordaban mi soledad, lentamente el cristal se fue empañando y mis ojos se fueron cerrando mientras el movimiento del tren me mecía con suavidad.


-Perdóname – Murmuró al final mientras cerraba la puerta detrás de él con su maleta en la mano.

Yo me quedé ahí, tan solo viéndole partir, no podía hablar con él, no podía mencionar un “no te preocupes, no importa, habrá más tiempo” o algo así porque no me serviría de consuelo, él debía irse, ella lo esperaba y yo, yo no era nadie para retenerlo, baje mi cabeza y me senté en la cama, debería odiarle, por cada momento en que se ha ido, por cada instante en que, por más que le ruegue debe partir, por cada historia sin principio, por cada platica sin final, por cada instante no vivido y sobre todo, por cada ilusión rota, debería odiarle por hacerme quererle demasiado para luego partir así, por hacerme extrañarle tanto que con solo saber que lo veré sentirme feliz, por hacerme sonreír en el peor momento, por ser simplemente como es; tonto, distraído, simple, bondadoso, carismático, amable, caballeroso, dulce, tierno, comprensivo… Pero no podría odiarle, a pesar de cada pequeño detalle, de cada defecto, me sería imposible odiarle.

¿Me habría olvidado ya?, la lluvia caía con pesar sobre Madrid y, a pesar del frio, al cerrar mis ojos, podía sentir sus cálidos labios, y sus abrazos, su presencia a mí lado, el latir de su corazón, la mirada en sus ojos, pensaba en nuestro encuentro, más al abrir mis ojos solo estaba mi soledad junto a mí.

Nuestras miradas se encontraron por un instante, el tiempo pasaba con lentitud debajo de la lluvia, por tanto tiempo espere tu llamada, por tanto tiempo planee tal encuentro, pero no te entretendré más, sé que te está esperando alguien y que te ha dicho que no tardes. Mi mirada bajó con suavidad al ver tus ojos cristalinos, yo ya no era parte de tu vida, y ella te esperaba impaciente.

-Solo un último favor te pido antes de marcharme, dile que te cuide mucho ¿Me prometes que lo harás? - Me di la vuelta y partí sin esperar tu respuesta, no debías verme llorar, ahora estarás mejor sin mí, vuelve pronto te esperamos mi soledad y yo…


Off: Creo que esta entrada esta muy extraña, pero es en base a una canción que me gusta bastante y por ende, tiene trozos de esa canción.

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