lunes, 29 de marzo de 2010

Ilusión

"Tomo mi antebrazo con suavidad, envolviéndolo con su eterna calidez, caminábamos pisando los charcos que cubrían las calles al llover. La tarde cubría con sus encantos anaranjados el cielo de aquel día nublado, los rayos del sol atravesaban con fuerza las nubes, destellos de colores surgían en el velo de agua.

- No puedo escuchar la lluvia – Murmuro él de repente, suspire aferrándome a sus brazos y atrapándonos en una especie de abrazo temeroso.

– Es débil su tintineo – Contesté y él giro la cabeza hacia mí y me separó de su cuerpo sorprendido.

- No te veo – Tembló su voz; una cortina de dudas y sombras nos separaba, lo veía, distante y lejano, como si no estuviéramos ambos ahí, como si fuera en cierto modo, un sueño.

- Siénteme… - Murmure tomando su mano sin poder percibirlo con la vista, tan solo con la sensación de su calidez queriendo envolver mi ser.

La niebla era espesa, no me permitía verlo, y a él tampoco le permitía verme, mas lo sentía junto a mí. Nos detuvimos en seco, sentí sus manos subir por mis brazos hasta mi cuello, me atrapo en ellos, escuchaba el latir de su corazón, sentía su respiración.

- Tengo miedo - Conteste sin despegarme de él, pase saliva con dificultad aferrandome a él y le pedí me hablara respecto al presente, que me platicara de nuestros amigos, de los paisajes que veía y dibujaba, me hablo del atardecer, de la luna llena que irradia en las noches de Octubre. Le dije que me liberara de la oscuridad, que me contara como fue el principio y en donde estaría el final, si es que esto tendría final.

- No te preocupes, lo solucionare – Pronunció su suave voz con la amabilidad que lo caracterizaba, ahora era yo quien no lo veía a él, quien no podía percibir lo que sucedía a su alrededor, quien dudaba de la veracidad del momento.

Me acerque lentamente a él, sentí sus labios cerca de los míos, su respiración y la mía iban a la par, sincronizadas, rocé con suavidad sus labios y retrocedí abrumada al descubrir que no era su piel.

- Te quiero – Dijo tomando mi muñeca evitando que me alejara.

- Lo se – Respondí desapareciendo entre la neblina como una ilusión."

Gracias por estos dos meses, te quiero.

viernes, 12 de marzo de 2010

Invisible

“Deambulaba por ese lugar, lo conocía, vaya que lo conocía, llevaba mas de un año caminando entre sus grandes pasillos, recorriendo sus patios y conociendo sus aulas, pero esta vez, era diferente. Realmente no veía nada más que el camino que pisaba frente a mí, miraba realmente sin mirar, era como si no estuviese mas ahí, como si no existiera ya, ni siquiera podía verme yo misma.

Me detuve frente a un charco de agua recién formado por la intensa lluvia de anoche, hoy tan solo estaba oscurecido el cielo, nubes cubrían el sol, bloqueaban su brillo y al mismo tiempo le daban un toque misterioso a esa construcción. Sabia donde encontrarlos, sabia a donde ir… o al menos tenia una idea de en donde podían estar ahora, me dirigí hacia el lugar donde debía hallarlos, los vislumbre a lo lejos y sonreí, con verlos me bastaba para alegrar un poco mi día, para sentirme, al menos por unos instantes, viva.

En algunas ocasiones no era así… Hablaban entre ellos, no entendía realmente lo que decían, los veía mover los labios. – Hola… - Murmuraba observándolos, pero realmente no me escuchaban. Tomaban sus cosas y se ponían de pie sin notarme, se alejaban, sin embargo los seguía… existía, yo lo sabia, sentía el incesante goteo de una lluvia temerosa y al viento apenas tocando mi piel.

Cruzábamos el puente, ahora discutían sobre algo que yo conocía muy bien, un tema algo apreciado por mí o quizá al menos conocido, sonreía y contestaba las dudas de alguno de ellos observándolos con orgullo, pero al parecer mi voz era tan solo un eco en mi mente pues ellos seguían hablando como si no me escuchasen, bajaba entonces la cabeza, culpaba al ruido del trafico en esa avenida, culpaba a las aves que cantaban con fuerza, me culpaba incluso a mi misma por no saber expresarme bien.

Los seguía en silencio, íbamos al mismo lugar de la mayoría de nuestros días en ese último año que ya terminaba. Tomábamos asiento en la última mesa, recargándonos en la pared, colocando nuestras mochilas a nuestro alrededor, juntas. El silencio cubría el lugar a veces, se miraban entre ellos, no hablaban mas, solo la música se escuchaba con algún toque en las cuerdas de una guitarra acústica, desgarraba el silencio como un trozo de tela.

Pasaba el tiempo, intercambiaban ideas, temía hablar, no comprendía lo que decían y si me llegaba a interponer en su conversación probablemente se molestarían, tan solo los veía, fingiendo que no existía, era comprensible, yo no formaba parte de ese mundo de ideas, habían cambiado ciertas cosas, ellos se entendían, se reían, pero en mi caso, era como hablar un idioma totalmente diferente, como si una especie de velo separara mi existencia de aquellas personas que se habían convertido en algo indispensable para mi, mas no había forma de romper esa barrera, de hacerles saber de mi existencia, de serles aunque fuese por unos instantes útil, nunca era así, jamás había sido de esa manera, yo era cobarde, temía equivocarme al hablar, temía perder algo mas.

Vivía tan solo entre esas ideas, millones de ideas atrapadas en mi mente, nunca liberadas, quería decirles tantas cosas, deseaba contarles tantas cosas, pero, sabia que, lo mejor era sentirme inexistente, sentirme invisible…”

jueves, 4 de marzo de 2010

Olvido

El mundo gira, los animales mudan de piel o pelaje, las mareas varían y giran alrededor del mundo; nunca volveremos a nadar en el mismo mar, las estaciones cambian también: de la primavera pasa al verano, el verano cambia por otoño, y el invierno termina con el otoño. Del mismo modo cambian las personas, mientras mas pasa el tiempo y mientras se dan ciertos cambios en la vida; es algo natural, algo común, pero en algunas ocasiones, es un cambio totalmente radical, a veces para bien y en otras para mal, cuando es la primera, hay una alegría infinita que nos envuelve, por que vemos al fin una mejoría en aquella persona que tanto nos interesa o que tanto queremos, pero… y si es la segunda la que ocurre.

Uno cree conocer a una persona al ser esta con la que se ha convivido por mucho tiempo, con la que se han vivido muchas experiencias, quizá no todas gratas pero aun así experiencias inolvidables, creemos conocer a esa persona con la cual hicimos una gran cantidad de locuras, aquella persona que de uno u otro modo, dejo una marca en ti y que gracias a esa persona eres lo que eres actualmente. Pero, pasa el tiempo y, te das cuenta de que no es así, de que realmente no conocías a esa persona y de que aquellos momentos que compartieron no son ahora nada más que fragmentos de historia en tu mente, tan solo simples trozos de memoria.

Algo nos separa de las personas que queremos, sea lo que sea siempre hay algo que nos aleja de aquellas personas. “Siempre estaremos juntos”, “Eres mi mejor amiga y siempre lo serás”, “Nunca olvidaremos esto”, “Siempre seremos amigos”, promesas de niños, sueños e ilusiones que desaparecen con el tiempo. Siempre y Nunca; palabras vacías, sin sentido, promesas que se olvidan con el tiempo.

Las personas cambian, él que hoy es tu mejor amigo mañana puede ya no recordarte, de un momento a otro borrarte de su mente y todas esas historias que vivieron juntas, suprimirse. La muerte viene con el olvido, y al verlo desde este modo cuantas veces no hemos muerto ya, la memoria es cruel y el tiempo aun más, desgarra tu mente y te crea ilusiones falsas del tiempo, juega contigo y destruye todos esos recuerdos… te hace olvidar.

Lentamente las personas se alejan, desaparecen, empiezas a notar que entre amigos se va abriendo un abismo profundo, que cada vez se separan más, que los intereses varían, que él que antes estuvo a tu lado incondicionalmente hoy no puede pues su vida ha cambiado ya. En la familia se van separando, recuerdas aún con nostalgia esas historias que inventaban para divertirse, esos juegos que los hacían correr hasta el cansancio y lo único que resta en tu memoria es la triste y cruel despedida, el adiós eterno, ese adiós final.