miércoles, 13 de abril de 2011

Fragmento II

Atravesó su pecho con rapidez, un último suspiro exhalaron sus labios, sus ojos se cerraban con lentitud mientras su cuerpo caía hacia atrás por el impacto del golpe, un hilo de sangre resbaló por su barbilla, él solo podía observar como sus sueños morían con ella.

Sus manos se enlazaron por primera vez en aquella tarde de otoño, bajo aquel árbol de flores rosas que con el viento caían a su alrededor, han pasado tanto juntos, amigos cercanos, amantes ocultos, él siempre la ha querido, ella de igual manera, pero solo amigos.

Ella aferrada a su cuerpo, él abrazándola, calmándola, queriéndola, ella con el profundo dolor que en su pecho nacía aferrando su vida en él, entregándose a él, evadiendo su dolor con su amor.

Caminaron a través de la oscura calle, solos ella y él, la luna resplandecía sobre ambos, debían buscar un refugia, ella sollozaba sin cesar, él prefería sufrir en silencio, debía ser fuerte para ella.

Los galopes acelerados y las armas de fuego sonaban a lo lejos, no debían ser vistos, ella recostada sobre un trozo de cartón recargada en su pecho, él acariciando su cabello, atento a cualquier sonido extraño, perdiéndose en ella mientras el sueño se apoderaba de él y la noche cubría su tiempo.

Gritos de dolor y angustia a su alrededor, el sonido de los caballos al trotar, de las armas al disparar, de los cuerpos al caer, de la risa desatada de quien ha arrebatado una vida. Ella tiritando y él valiente murmurando palabras de consuelo a sus oídos.

Otra noche más, una estación de tren, el hambre y cansancio han hecho estragos en ella, él se mantiene firme, buscando una esperanza. La luna ha desaparecido del cielo que cubre a ambos, ella tose un poco, él la abrazaba contra su pecho y suelta un suspiro melancólico.

Varios pasos se escuchan, los han encontrado, él besa su frente, ella abre sus ojos y mira los de él, no podrán correr más, una lágrima resbala por su mejilla, él solo la mira y camina hacia el andén dejándola en una banca. Ellos ya han aparecido, sus armas les apuntan con odio, él los enfrenta, ella lo mira con ojos lastimeros y vuelve a toser.

El silencio se rompe en el aire, el disparo suena retumbando en los oídos de ambos, él cierra sus ojos y ella solo logró dejar una lágrima caer.

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